Investigación tiene potencial en el descubrimiento de nuevos tratamientos contra trastornos del sistema nervioso central.
Estudio publicado por la revista 'Nature', explica como científicos estadounidenses descubrieron, que a través del veneno de una tarántula, se logra entender cómo se percibe el dolor, en los tejidos corporales, donde se encuentran fibras nerviosas y receptores, llamados nociceptores, encargados de detectar percepciones sensoriales.
Gracias a la Hm1a, una toxina presente en el veneno de las tarántulas de la especie Heteroscodra maculata, los investigadores de la Universidad de California (EE UU), dirigidos por David Julius, hallaron que un canal de sodio dependiente de voltaje, juega un papel importante en la trasmisión del dolor mecánico.
Lo que facilita el camino hacia el análisis individual de los diferentes canales del dolor y su relación con los dolores de tipo mecánico, químico o termal.
Los expertos comprobaron que la activación del Nav1.1 da lugar a 'un comportamiento de dolor robusto sin inflamación neurogénica y produce una hipersensibilidad profunda a estímulos mecánicos pero no termales'.
'Este hallazgo establece un papel inesperado para los canales Nav1.1 en la regulación de la excitabilidad de las fibras sensoriales nerviosas que median en el dolor mecánico', señalan.
Aunque el papel del canal Nav1.1 en el dolor no había sido bien estudiado, las mutaciones que afectan a su función han sido asociadas con trastornos del sistema nervioso central tales como epilepsia, el autismo o el mal de Alzheimer.
Este hallazgo puede tener un potencial en futuras aplicaciones para el descubrimiento de nuevos tratamientos contra trastornos del sistema nervioso central, según los expertos.
FUENTE: LA TERCERA